¿Qué es una persona natural?
La persona natural es, simplemente, un ser humano. Dotado de capacidades físicas y mentales, es reconocido por la ley desde su nacimiento hasta su muerte. Cada acción, cada contrato firmado, cada responsabilidad o derecho se le atribuye directamente. Tomemos a Claudia, por ejemplo. Como persona natural, cuando ella obtiene un préstamo para comprar un carro, adquiere una obligación personal de reembolso que deberá cumplir con su patrimonio personal. Hasta aquí se entiende, ¿verdad?
Una persona natural tiene un nombre, una nacionalidad, una identificación legal y, lo que es más importante desde una perspectiva legal, una responsabilidad ilimitada. Esto significa que si Claudia decide iniciar un negocio por su cuenta y contrae deudas, su responsabilidad con esas deudas se extiende a todo su patrimonio, poniendo en riesgo sus bienes personales si el negocio fracasa.
¿Qué es una persona jurídica?
Por otro lado, la persona jurídica es una creación del derecho, una entidad a la que la ley le otorga capacidad para ejercer derechos y contraer obligaciones. Una empresa, una asociación sin fines de lucro o una corporación son ejemplos de personas jurídicas. Estas pueden ser propiedad de una o varias personas naturales, pero gozan de una identidad legal propia y separada de sus miembros. Se va entendiendo la diferencia, ¿no?
Veamos el caso de "Construcciones Eficientes S.A.", una empresa constituida por David y su equipo. Aunque David es el accionista mayoritario, la empresa es la que contrata empleados, firma contratos con proveedores y solicita préstamos. Entonces, en caso de que la empresa afronte una demanda legal, los bienes personales de David están, en principio, protegidos, limitando la responsabilidad al patrimonio de la empresa. Esto proporciona tranquilidad y seguridad, no solo para los dueños, sino también para inversionistas potenciales, al limitar el riesgo asociado con la actividad empresarial.
¿Qué implicaciones fiscales y de responsabilidades tiene cada una?
Las distinciones legales llevan consigo implicaciones fiscales y de responsabilidad distintas. Una persona natural está sujeta a impuestos sobre la renta basados en sus ingresos personales, mientras que una persona jurídica es tributaria con base a sus utilidades. Además, la estructura de la persona jurídica a menudo permite una planificación fiscal más compleja y beneficios en cuanto a deducciones y tasas impositivas.
Por ejemplo, Rodrigo, un consultor de TI, inicialmente trabajaba como persona natural y se enfrentaba a altas cargas tributarias sobre sus ingresos personales. Al constituir una persona jurídica bajo "Soluciones Informáticas Innovadoras S.A.C.", pudo beneficiarse de una estructura fiscal más ventajosa, permitiéndole reinvertir más ganancias en la expansión de su negocio.
Una de las ventajas más significativas de una persona jurídica es su autonomía y permanencia. Operan de manera independiente de la vida personal de sus propietarios y su existencia no se ve alterada por los cambios en su administración o propiedad. Por ejemplo, "Textiles y Diseño S.A." seguirá existiendo y operando independientemente de que sus fundadores se retiren o vendan sus acciones.
¿Cómo es la estructura organizativa y crecimiento de la persona jurídica?
Además, la persona jurídica tiene la capacidad de evolucionar en términos de su propio establecimiento estructurado. Esto significa que puede conformar órganos de administración, como juntas directivas y gerencias generales, que otorgan una jerarquía y distribución de responsabilidades. Este nivel de organización es fundamental para su crecimiento sostenido y para facilitar la relación con otras entidades comerciales, financieras y gubernamentales. Es lógico, ¿verdad?.
Entender la diferencia entre una persona natural y una persona jurídica es comprender el funcionamiento del panorama legal y empresarial. La elección entre operar como uno u otro debe ser decidida con base en las metas a largo plazo, las consideraciones financieras y los límites a la responsabilidad personal. Como se ha visto con Claudia y David, las decisiones legales que tomen deben basarse en el conocimiento de estas diferencias para que puedan así proteger sus intereses y maximizar su potencial de éxito.
Ahora que ya la viste, sabes que “la travesía” de un emprendedor o de un profesional siempre estará ligada a la forma en que se utilicen estos conceptos y a cómo sean aplicados en la práctica. Es una decisión que requiere asesoría y visión estratégica para garantizar que se haya tomado la decisión correcta.
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